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La revolución agraria

Martes 17 de octubra 2017 a las 11:30h

Desde el principio de los tiempos, la primera necesidad de Homo Sapiens, fue su propia subsistencia.

Pasando el tiempo, en el mundo que conocemos, desde hace milenios, su población procedía del medio rural, es decir vivían del campo y para el campo.

Muchos de ellos consumían lo que producían y un pequeño exceso de su producción lo vendían o lo cambiaban por otros productos generando un pequeño comercio.

La importancia y trascendencia de la Revolución Industrial fue tan grande y novedosa que, con frecuencia, se olvida lo mucho que significaron las transformaciones del mundo agrario en la historia del siglo XIX.

Por otro lado, el despegue industrial estuvo condicionado por tres factores determinantes muy unidos entre sí:

  • la renovación política
  • la aparición de una nueva mentalidad económica
  • la disponibilidad de capitales.

El aislamiento en que se desenvolvían las comunidades rurales se explicaba en parte por la lentitud y carestía de los transportes, sobre todo terrestres.

Las familias consumían gran parte de lo que producían y a menudo obtenían lo restante mediante el trueque, el intercambio de servicios o el reconocimiento de una deuda en un papel firmado

La introducción de maquinaria agrícola, entre otras novedades, tuvo como consecuencia una disminución de los costes de producción para así poder ofrecer en los mercados, unos precios agrícolas competitivos permitiendo también, que parte de la antigua mano de obra campesina pudiera transformarse en mano de obra industrial.

No todos los países europeos incorporaron estas mejoras a su agricultura, ni tampoco lo hicieron al mismo tiempo

Todos estos logros permitieron alimentar a una población no productora de alimentos que cada día era más numerosa. Con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo en el campo

Una maquina realiza el trabajo de muchos braceros

Un cabrero, pastorea todo el ganado del pueblo.

Unos pocos hacen todo el trabajo de los demás.

Una gran parte de la masa trabajadora de la agricultura tiene que emigrar a las ciudades y a los nuevos centros industriales, donde están los nuevos puestos de trabajo.

La nobleza, propietaria de los campos de España, empieza a estar confundida con los nuevos desarrollos Tecnológicos.

Se encuentran con una realidad tecnológica, que son incapaces de asimilar, viendo como otras empresas extranjeras, instalan el ferrocarril, centrales eléctricas, teléfonos, entre otras, obteniendo enormes beneficios que ellos no pueden alcanzar.

Sobre estos temas y otros muchos más debatiremos en la próxima tertulia que celebraremos el próximo día 17 de octubre.