La llegada de la electricidad a nuestro país II
Martes 20 de marzo 2018 a las 11:30h
Hasta 1900, casi todas las experiencias de iluminación realizadas, lo fueron con pilas y generadores de corriente continua. Su uso, puso en evidencia sus ventajas, pero también sus inconvenientes. La considerable pérdida de energía, en forma de calor, que sufrían los conductores de corriente continua, obligaba a situar las “fabricas de luz” bastante próximas a su punto de consumo, así como, a utilizar conductores de Cobre muy gruesos, para evitar fuertes pérdidas de energía en la transmisión de corriente. Estas dos limitaciones fueron muy importantes en el desarrollo de la electricidad, desde los primeros años.
Estos dos hechos, junto a la necesidad del vapor como fuerza motriz, para mover el generador, ocasionaron que, el coste de producción de energía fuera muy elevado, pues tanto el carbón, necesario para producir vapor, como el Cobre, para conducir la corriente eléctrica producida, eran de elevado precio.
Junto a cada central eléctrica, florecía una chimenea, que lanzaba a la atmosfera grandes cantidades de monóxido y dióxido de carbono, con las consiguientes molestias al vecindario.
El nacimiento de la corriente alterna, resolverá en gran medida estos inconvenientes.
Hasta este momento, casi todas las experiencias de iluminación realizadas, lo fueron con pilas y generadores de corriente continua. Su uso, puso en evidencia sus ventajas, pero también sus inconvenientes.
El incremento de la especialización en el trabajo de años anteriores, empieza a generar excedentes de producción, que pueden ser utilizados para otros servicios diferentes al previsto inicialmente. Estos excedentes de energía pueden ser utilizados para usos industriales y privados.
Emerge un nuevo sector de negocio que, poco a poco podrá ir aumentando. Llegado a este momento las experiencias previas sobre la generación y usos de la electricidad, ponían en evidencia, que esta nueva herramienta de progreso, era suficientemente eficaz, tanto para un uso público como privado. Cubiertas técnicamente, en demasía las necesidades de uso, para el objetivo previsto, parecía rentable la comercialización de esos excesos de energía, que permitiría venderlos a otros usuarios para muy diversas aplicaciones.
El «negocio de la electricidad» parecía altamente rentable.
Los problemas técnicos estaban resueltos, pero en la practica la mayoría de las centrales que trabajaban en el mundo, hasta 1900, eran de corriente continua, según patentes propiedad de Thomas Alba Edison, inventor norteamericano de reconocido prestigio, que las fabricaba en la compañía que posteriormente se llamaría General Electric Co. Por otra parte, las patentes para el transporte de corriente alterna, eran propiedad de George Westinghouse.
Como no podía ser de otra forma Edison no cedería fácilmente su mercado en favor de Westinghouse. La lucha por el liderato en el mercado eléctrico irrumpió rápidamente.
Esta lucha por el mercado, entablada por los dos grandes sistemas de producción, duró años, inclinándose finalmente, hacia las centrales productoras de corriente eléctrica alterna, muy alejadas de las grandes ciudades.
A principios de siglo fueron construidas las primeras centrales hidráulicas españolas con potencias superiores a los 800 Kw La mayoría de ellas producían ya corriente alterna trifásica, para poder permitir el transporte a grandes distancias. El desarrollo efectivo del nuevo modelo de negocio eléctrico tuvo lugar a partir de planteamientos modestos. Más tarde, las expectativas y la escala de los proyectos fueron creciendo rápidamente.
La consecuencia fue que los precios «de la luz» bajaron radicalmente.
Completaremos esta tertulia con diapositivas y pequeños clips de video.
Fecha: Martes 20 de Marzo 2018 y siguientes.
Hora: 11,30 horas. Se ruega puntualid
Lugar: Biblioteca Municipal (Plaza de España nº 7) de El Escorial.
Podeis venir con vuestros amigos.