La influencia de la radio
Martes 15 de enero 2019 a las 11:30h
La influencia de la radio en la sociedad del siglo XX
Ponente: Luis Ximénez Herráiz
Doctor en Ciencias y Doctor en Humanidades
Generalmente contemplamos el “pasado” con la mentalidad del presente. Este hecho nos suele generar considerables percepciones erróneas.
La generación de nuestros padres, al comenzar el siglo XX, se encontraron con un desarrollo tecnológico mundial, para el que no estaban preparados. La presencia del ferrocarril, el cine, el teléfono, la radio, la aviación, la televisión, el automóvil, etc. establecieron nuevos hábitos sociales.
La transmisión radioeléctrica de la voz humana, la radio, fue una de las primeras aplicaciones de la electricidad, después del telégrafo y el teléfono. El descubrimiento y la posterior medición de las ondas electromagnéticas, también llamadas Hertzianas, descubiertas por Heinrich Hertz en 1887, propiciaron la creación del primer receptor de radio. Sin embargo, hasta la llegada de la telegrafía sin hilos, de la mano de Guillermo Marconi, la transmisión era muy limitada. La aportación de Marconi, permitió, que las señales sonoras pudieran propagarse a algo menos de 20 Kilómetros de distancia. En aquellos tiempos, esa distancia significaba todo un logro.
Lógicamente, el sistema tenía sus imperfecciones, porque, por ejemplo, este aparato no podía transportar, ni palabras, ni sonidos musicales.
En España, la estación pionera fue EAJ-1 Radio Barcelona, llamada la emisora decana de la radio española por ser, precisamente, la más antigua. Meses más tarde, Radio Madrid y Radio Libertad, emitían su programación, que se reducía a unos pocos espacios a la semana. En 1924 comenzó a emerger definitivamente, en plena Dictadura del General Primo de Rivera. Este mandatario, al igual que otros políticos, vio en este medio, un efectivo canal de propaganda. Como no podía ser de otra forma, los contenidos de las emisiones debían ser regulados.
Los Ministerios de la Guerra, Marina, Gobernación, Instrucción Pública y Trabajo, asumieron esa responsabilidad en 1924, aprobando un Reglamento que permitió hacer concesiones de emisión: EAJ-1 Radio Barcelona, EAJ-2 Radio España de Madrid, EAJ-3 Radio Cádiz, EAJ-4 Estación Castilla, EAJ-5 Radio Club Sevillano, EAJ-6 Radio Ibérica, entre otras.
En los años de la II República, la fabricación de radios y la oferta en la programación, aumentó el número de personas que disponía de un aparato receptor y la audiencia de este medio, crecía día tras día. Además, durante esta época, fueron surgiendo un gran número de estaciones locales, a lo largo de todo el territorio español.
Con el estallido de la Guerra Civil española, el 18 de julio de 1936, las cosas empezaron a cambiar. La radio se convirtió en un gran medio de propaganda política, que fue utilizado por los bandos combatientes, para emitir sus particulares arengas. La implantación de una nueva dictadura, encabezada por el General Francisco Franco, supuso una larga temporada de dominio político sobre el sistema radiofónico.
Evidentemente la información radiofónica, es un baluarte importante que hay que cuidar y vigilar, pero la radio también es un medio de entretenimiento al que recurrían las familias españolas, para pasar sus ratos de ocio.
En la década de los años 40 aparecieron avances técnicos para los profesionales de la radio, de gran calado. En 1948, aparece la cinta magnetofónica, lo que favorecerá en gran medida, la mejora en la producción de programas.
Empiezan a surgir las radionovelas, que, años más tarde, sobre todo en las décadas de los 50 y 60, se convertirán en un auténtico boom. La popularidad de la radio comercial, genera un nuevo grupo de trabajadores especializados, tales como, locutores, actores, periodistas de radio, técnicos de sonido, de emisión… Para poder atender sus necesidades de programación, en las principales emisoras de radio, se crea el cuadro de actores, con unas voces impactantes, que favorecieran la atención de los oyentes. Ellos son los encargados de realizar, las novelas radiofónicas, concursos, consultorios, anuncios…
Durante estos años, el número de aparatos receptores no dejó de crecer, siendo España uno de los países europeos que más radios tenía por habitante. En concreto, y según datos de la UNESCO, en 1955 había un receptor por cada 90 ciudadanos, o, lo que es lo mismo, 2.717.000 aparatos distribuidos por todo el territorio. Pero si los receptores aumentaban, también lo hacía el número de emisoras, especialmente las vinculadas, política o ideológicamente al gobierno.
La radio fue uno de los medios de comunicación más comunes, aunque su compra resultaba bastante onerosa y resulto ser, el mejor compañero de la posguerra. Era un medio de comunicación de masas que llegaba de una manera más o menos sencilla a las casas más humildes y a los hogares de personas que desafortunadamente eran analfabetas.
El programa cabalgata fin de semana, dirigido por el locutor argentino Bobby Deglané, reunía todos los sábados por la noche a numerosa audiencia, con actuaciones musicales, entrevistas a personajes populares del momento, siempre con diversos concursos dirigidos a los asistentes allí presentes y al público en general por vía telefónica
Programas como:
· piensa y acierte
· rueda de la bola
· la melodía misteriosa
· jaque a la orquesta
y un sinfín de concursos culturales mantenían la atención de todos los radioyentes.
¿“Señora o señorita?… ¿Señorita?… Será porqué usted quiere…
Los programas de humor siempre tenían un lugar destacado en la programación diaria.
¿Es ahí el enemigo?… ¡Que se ponga! Decía Miguel Gila en sus variados programas de humor.
¿Y del finado Fernández?… ¡Nunca más se supo! Era una coletilla que utilizaba Pepe Iglesias el zorro con frecuencia.
El teatro del aire contaba historias amenas, bien arropado por un conjunto de excelentes actores radiofónicos.
Los seriales radiofónicos, mantenían en vilo a diario a todos nosotros. Los había infantiles, para adolescentes como Diego valor el piloto del futuro, dramáticos como Lo que nunca muere, Ama Rosa, e incluso de humor como la Saga de los Porretas, por citar unos pocos.
El nacional catolicismo del gobierno de Franco se incorporó de inmediato a la radio mediante emisiones vinculadas al apostolado radiofónico y la retransmisión de acontecimientos religiosos ordinarios (misas dominicales, Corpus Christi, procesiones de Semana Santa,).
Las emisoras tenían en su nómina un asesor religioso que actuaba como capellán-locutor, pues entendía que uno de los objetivos de la radio era irradiar luz en la fe cristiana. El rezo del ángelus fue obligatorio en los primeros años de la posguerra.
La mujer tenía un espacio todos los días de título consultorio femenino y de belleza Elena Francis. Dedicado en exclusiva a orientar a las mujeres sobre sus inclinaciones sentimentales. Fue de los programas de mayor éxito y duración.
En los programas radiofónicos se fomentaba con entusiasmo la solidaridad entre los españoles. Destacaba en este sector el programa ustedes son formidables. Clamaba:
Sean hombres o mujeres, pobres o ricos, sean rubios o morenos, altos o bajos… Ustedes son formidables.
La Radio, ha significado y todavía significa, un medio de comunicación extraordinariamente importante. Sus programas como informaciones meteorológicas, de tráfico, así como novelas radiofónicas, relatos históricos, concursos, humor, consultorios de todo tipo, retrasmisiones religiosas, deportivas, taurinas, de actualidad, perduran en nuestra memoria. Programas como, Ruede la Bola, El Zorro, Mario Clavel, Discomanía, Protagonistas, Ustedes son Formidables… han llenado la vida de los españoles, hasta los años 60 y lo siguen haciendo en nuestros días, acompañándonos en los desplazamientos en coche, al despertarnos en la cama, escuchando a diario, además de música, las noticias, el trafico y el tiempo. Hoy en día la Radio nos acompaña en casa cuando nos arreglamos, en el coche, en muchos trabajos manuales, nos informa localmente, nos ayuda a aprender la “música de los idiomas” … A determinadas horas, todavía tiene muchísimos oyentes. La frase popular, que mantienen los profesionales de la radio, es:
La imaginación, vale más que 1.000 imágenes
Con la muerte del General Franco, en noviembre de 1975, y por miedo a posibles cambios, la censura en la radio se incrementó notablemente. De alguna forma, esto es lógico, ya que por entonces no se sabía lo que podía pasar en España. Sin embargo, dos años después se produce un hito histórico en la radio: se aprueba la libertad de información, o lo que es lo mismo, por fin las emisoras no tenían que conectar con RNE para trasmitir los servicios informativos oficiales. Se había acabado el monopolio del estado en los informativos. A partir de octubre de 1977, las emisoras empiezan a emitir sus propios espacios informativos y la radio en general comienza a parecerse al medio que hoy en día conocemos.
A principios de los 80, un acontecimiento político -el intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981-, supone una prueba de fuego para las emisoras, ya que fueron las encargadas de informar sobre lo que estaba aconteciendo en el Congreso de los Diputados. Esto dio lugar a lo que se conoce como la noche de los transistores, puesto que durante largas horas, toda España estuvo pegada a la radio en unos momentos cruciales para la joven democracia. Durante la tarde de aquel frío día de febrero, muchos ciudadanos tuvieron la oportunidad de escuchar en directo la entrada de los golpistas en el Congreso a través de las ondas de radio, ya que iba a tener lugar la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno, tras la dimisión, un mes antes, de Adolfo Suárez.
Los programas “de madrugada” han sido el refugio de todas aquellas personas que tenían dificultades con el sueño. La radio-conversación refleja lo que es la sociedad, la audiencia quiere hablarte de los sucesos del día y de los suyos propios…
Lamentablemente, la radio de los niños hoy, es la televisión.
Fecha: 15 de Enero 2019
Hora: 11,30 horas. Se ruega puntualidad.
Lugar: Biblioteca Municipal (Plaza de España nº 7) de El Escorial.
Podéis venir con vuestros amigos.