Miguel Ángel Ramos Lázaro
Aparejador y Economista
El ejemplo que he elegido ha sido el «Panteón de Agripa» en Roma, por ser un edificio singular pero conocido y próximo a nosotros. En ese edificio podremos apreciar las técnicas a las que llegaron después de haber experimentado con nuevos materiales y nuevas herramientas.
La bóveda podemos decir que fue una invención romana, no utilizada ni por los griegos ni por los egipcios que se conozca. Su innovación debió de explotarse por algún sistema de descubrimiento buscando luces mayores en los espacios públicos, basados en los conocimientos del arco como elemento sustentante de muros y en la utilización de materiales como el cemento natural descubierto en la misma zona de la península Itálica.
Pero es importante también el sentido arquitectónico de una edificación especial como era el Panteón por su razón propagandística de una religión y una cultura con ideas «imperialistas». El Panteón es el templo de Todos los Dioses, dioses paganos que daban sentido a una «religión» que ponía en comunidad a poblaciones en una estructura social de convivencia comunitaria, valga la redundancia.
La idea de Imperio no es hoy una idea «políticamente correcta» para algunos, pero sin embargo creo que a través de los tiempos ha tenido un significado trascendente en la evolución humana. Desde el imperio mesopotámico, el persa, el egipcio, el chino, el romano, el imperio carolingio y todos los que han seguido en la edad moderna, hemos podido comprobar que la humanidad ha ido asentando ideas y creencias que han hecho dar saltos importantes en la civilización, debido a la fuerza y la innovación que ellos proporcionaban.
Si se tiene en cuenta que a finales de la era republicana de Roma la ciudad disponía de cerca del millón de habitantes en una época que parecía difícil la concentración humana por necesidades tan claras como el disponer de agua potable, de alcantarillado, de edificación, de defensa y de comercialización de productos alimenticios, podemos entender cómo fue la tecnología desarrollada la que permitió tal Imperio.
Es necesario conocer cómo se construyeron más de treinta acueductos, una red de alcantarillado con la «cloaca máxima», una red de carreteras que llegaban hasta los extremos del mar Mediterráneo, la navegación hasta los mares del Atlántico Norte y la defensa de las ciudades con murallas infranqueables. Todo ello, a parte de instituciones sociales adecuadas, se consigue gracias al desarrollo de una tecnología muy avanzada puesta a su servicio.
Quiero terminar esta presentación con la idea de cómo la tecnología se pone al servicio de la convivencia humana, siempre dificultosa pero siempre presentando alternativas de realización.
La tertulia, en formato TELEMÁTICO(*), será:
Martes, 8 de marzo de 2022
Hora: 11:30. Se ruega puntualidad.
(*) El enlace a la conferencia para el acceso mediante plataforma ZOOM será enviado a los socios, en el recordatorio semanal
NOTA:
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