Ponente: Miguel Ángel Ramos
Presenta: Juan Manuel Calo
Ocupar un espacio que aparece vacío y que permanecería así, sin objetivo, sin finalidad, inútil, de no ser ocupado por mí. Esa finalidad de permanencia en un lugar en la vida, de ubicación finalista en un espacio del campo de juego, constituye uno de los atractivos casi míticos para el artista. ¿Sólo para el artista? No quiero aceptar el concepto elitista de los creadores del arte, como finalidad excluyente para estos. Y es que entiendo que la propia vida de cada uno es una labor tan creativa como la del artista o la del ingeniero o la del científico. Todo depende de la intencionalidad en la forma de vivir o en el aceptar simplemente el paso del tiempo como simple disfrute de lo dado, sin aportar un ápice en la programación de nuestro cotidiano existir.
Vídeo con la conferencia
No esperéis a que los tiempos sean propicios, ni a ver pasar el cadáver de vuestro enemigo: comenzar a enumerar vuestros deseos, plasmarlos en un croquis sobre papel y empezar a dibujar, línea a línea, los caminos que tenéis que ir recorriendo para acertar en esa diana que os habéis marcado como deseo intencionado. El proyecto es fundamental para llegar a algún sitio.
¿Por qué el mundo es como es y no como quisiéramos que fuera? ¿Por qué tenemos que hacer esto y no lo otro? ¿Por qué las personas se enfrentan a las personas en lugar de colaborar con ellas, por qué se matan en lugar de amarse, por qué hay hambre en lugar de satisfacción, por que unos lo tienen todo y otros tan poco? Pero ¿por qué me pregunto esto y no otra cosa? Yo creo que todas esas preguntas son de un infantilismo adolescente brutal y dan respuesta a todos los “por qué” antes planteados. La verdadera pregunta, si hay algo verdadero en este mundo enigmático y confuso, debe ser: ¿por qué, siendo el mundo como es, yo me comporto como me comporto y no de otra manera?
Aprovecho esta introducción para adentrarme en una interpretación (mi explicación) de un cuadro como el de “El Jardín de las Delicias” del Bosco y relacionarlo con el nivel de conocimientos de la época y los planteamientos de objetivos que motivaban a los humanos del momento: mediados del siglo XV y principios del XVI.
Empezaré diciendo que las obras de arte, antes de la deshumanización del arte, estaban llenas de explicaciones propagandísticas de los tiempos, de la sociedad dominante y de las creencias imperantes. Las etapas del arte, en una simplificación y condensación de las ideas, pasan del hedonismo de los clásicos, al espiritismo de la edad media y al humanismo de la edad moderna. Por eso al arte postmoderno se le atribuye ese carácter de “deshumanizado”, en el sentido de que desde principios del siglo XX se ha entrado en una concepción diferente del arte por causa de haber perdido gran parte del carácter propagandístico que tenía, al haber sido ocupado esta (la propaganda) por otros medios de comunicación como son la fotografía, el cine y la TV.
La obra de arte se ha convertido en una creación personal, individual y sensible del artista para trascender sus necesidades de expresión y comunicarlas a un mundo que quizás no la entienda pero que tiene que saber que existe. Podríamos entender que quizás El Bosco ya anticipaba esa línea de creatividad hoy más conocida.
CV
Miguel Ángel Ramos Lázaro. Nacido en Salamanca en el año 1942
Titulaciones y ejercicio profesional: Aparejador y Economista.
Para este tema hay que dejar apuntado que la historia ha sido de su máximo interés desde el bachillerato en los años 50 y la práctica del arte ha sido también un “continuo hacer” desde la infancia como afición. Ha profundizado en la historia de la Arquitectura y en la Historia de las distintas Escuelas Artísticas, así como de las obras de los artistas. Como consecuencia de esta afición, por ser seguidor de las ideas de Ortega y Gasset, tiene en cuenta que el estudio de la historia y del arte sirve como una aplicación práctica en este momento para resolver los problemas individuales, sociales y de comportamiento humano.
He aprendido a reconocer la “historiografía” como el laboratorio de los hechos sociales. Esto último le ha llevado a estudiar la “filosofía de la historia”, que es otra de las ciencias sociales. En concreto ha seguido las ideas de R.G. Collingwood que analiza cómo deben entenderse los acontecimientos humanos a lo largo de los miles de años que abarca la historia escrita. Uno de los acontecimientos principales está relacionado con la estética como artesanía de la sensibilidad de todas las épocas.
En cualquier caso, no considera la Historia (con mayúsculas) como determinista en ningún caso, lo cual lo ha aprendido de Karl R. Popper y en consecuencia no cree en el “materialismo histórico” de Marx ni en ningún autor que afirme que “la historia os juzgará”. La historia tiene utilidad en cuanto sirve para que los humanos aprendan de sus errores.