Economía española en el siglo XVI

Jueves 5 de noviembre 2020 a las 18:30h (on-line)

Presentado por: Miguel Ángel Ramos

Colaboración del Foro de Economía y el Foro de Historia

Debemos empezar las reflexiones de la economía a lo largo del siglo XVI, con una reflexión de partida de la economía del Reino de Castila a principios de siglo como explicación del protagonismo que tendrá dicho reino a partir de las ventajas adquiridas al final de la Edad Media por la unificación de los reinos peninsulares en una única política derivada de la unión de los RR.CC. Es imprescindible reconocer la marcha de su economía por la activa concentración de esfuerzos realizados durante ocho siglos en el proceso que se denominó Reconquista.

Pero esa ventaja adquirida se multiplica desde el momento en que la política de concentración de poderes de los RR.CC. entroncan con la dinastía Habsburgo, gobernante en unos territorios muy influyentes en toda Europa, dominando incluso el Sacro Imperio Romano Germánico. Culminarían todas esas ventajas con el dominio y colonización de los territorios Ultramarinos descubiertos por el Reino castellano, que pasa a ser herencia para el futuro Emperador y descendientes.

CV

Miguel Ángel Ramos Lázaro. Nacido en Salamanca en el año 1942

Titulaciones y ejercicio profesional: Aparejador y Economista.

Para este tema hay que dejar apuntado que la historia ha sido de su interés desde el bachillerato en los años 50. Ha profundizado en la historia de la Arquitectura y en la Historia de los hechos Económicos y del Pensamiento Económico. Como consecuencia de esta afición y de ser  seguidor de Ortega y Gasset, tiene en cuenta que el estudio de la historia sirve como una aplicación práctica en este momento para resolver los problemas sociales y de comportamiento humano.

En la Facultad de Económicas ha estudiado con Gonzalo Ánes, que fue nombrado Presidente de la Real Academia de la Historia, y sus discípulos, así como con Velarde y sobre todo con José Luis García Delgado, de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Con todos ellos ha aprendido a reconocer a la “historiografía” como el laboratorio de los hechos sociales. Esto último le ha llevado a estudiar la “filosofía de la historia”, que es otra de las ciencias sociales. En concreto ha seguido las ideas de R.G. Collingwood que analiza cómo deben entenderse los acontecimientos humanos a lo largo de los miles de años que abarca la historia escrita.