Maruja Mallo la gran transgresora del 27 es una de las figuras centrales del tiempo de nuestras vanguardias históricas, una mujer moderna y singularísima en una época en que en España no había tantas mujeres modernas ni singulares, a una compañera de viaje de muchos de los más relevantes escritores de aquel ciclo, a un mito que es también —e inútil añadir que sobre todo— una gran pintora, en gran medida todavía pendiente de descubrir, especialmente por el gran público, de ahí que se la llame en feliz expresión «la gran tapada de la Historia del arte de nuestro tiempo».

Coincide con Dalí, que la hace figurar en algunas de sus inquietantes acuarelas noctámbulas de aquella época, y a través del cual conocerá a Federico García Lorca, a Luis Buñuel y probablemente también al ultraísta Rafael Barradas. Otros compañeros de estudios fueron Alfonso Ponce de León, el escultor Emilio Aladrén, y su compañera en «sinsombrerismo» la modernísima Margarita Manso, de la que casi todos estaban enamorados. Concha Méndez fue su gran amiga y compañera de exilio en Argentina donde vivió 25 años de su vida antes de regresar a España.