En las últimas sesiones de este Foro de Economía hemos tratado temas de política fiscal y monetaria de España a lo largo de los siglos XVIII y XIX, hablando de deuda pública, teoría del dinero y política fiscal. Hasta hoy no había entrado en reflexiones amplias sobre la economía del siglo XX (aunque siempre hemos referido alguna noticia o hecho relevante). Quería entrar de lleno en el siglo XX a partir de esta fecha, porque hay que entender los antecedentes y los consecuentes de nuestra problemática actual con una reflexión más sosegada y detallada. Me propongo que en lo sucesivo nos refiramos a nuestra situación actual, contemplándola con una perspectiva histórica.

Si hemos referido los desastres de la Guerra de la Independencia y el azaroso siglo XIX es porque no podemos olvidar que (como decía Ortega y Gasset) venimos de un pasado y vamos hacia un futuro: nuestro presente arranca en el pasado histórico y no puede obviarse los hechos de nuestros antepasados que condicionan nuestros recursos y nuestros proyectos.

En este caso comenzaremos con los economistas que, como Flores de Lemus, forman la generación del 98, al igual que todos los intelectuales de distintas materias en aquella época. El desastre de 1898 fue un desastre y una toma de conciencia de la sociedad española en todos los aspectos: España no era ya un IMPERIO, era como todos los demás países una comunidad existente con una problemática impuesta por las circunstancias de nuestro pasado, pero con un porvenir a diseñar para resolver nuestros problemas individuales y colectivos.

Ese proyecto de futuro por definir obliga a los intelectuales a reflexionar a fondo; no se puede vivir de una leyenda, pero no se puede vivir olvidando nuestras históricas leyendas y ambiciones llevadas a cabo por nuestros antepasados, si queremos constituir una comunidad que vive y evoluciona en colectividad (la cual incluye a nuestros ancestros de hace veinte siglos).

La economía y los hechos que la constituyen es consecuencia de las valoraciones éticas que una sociedad se impone para subsistir; y eso es lo que se van a plantear los intelectuales de principios de siglo. Debemos analizar sosegadamente cada uno de los pasos que se dieron para llegar a esta época actual. Los estudiosos de nuestra historia económica dividen el siglo XX en tres periodos claramente diferenciados: primer tercio de siglo desde 1900 a 1939, segundo tercio de siglo desde 1941 a 1967 y tercer tercio desde 1970 a 1999.  

A cada uno de estos periodos le corresponden unos hechos económicos y unos estudios particulares que pretendo desarrollar en las próximas sesiones, aclarando aquellos hechos diferenciales y aquellos protagonistas de las ideas.

Pretendo, también, que recordemos los años que hemos vivido y como todos estos hechos y personajes han influido en nuestras vidas para poder recordar que no vivimos solos, sino que estamos ligados a colectivos sociales que nos favorecen o dificultan la consecución de nuestros deseos y necesidades. La economía está asociada a todos y cada uno de nuestros pasos en la tierra. Y, en contra de lo que decía Don Juan Tenorio, “de nuestros pasos en la tierra no responderá el cielo, sino yo.”