Economía de libre mercado y hacienda pública. Hacienda democrática 1975-1990
A principios del siglo XX se producen una serie de acontecimientos históricos que van a modificar de forma significativa la participación del Estado en las economías de los países occidentales. De la economía del Libre Mercado, considerado como paradigma por los economistas clásicos, se pasará a un sistema intervenido de forma significativa por la Hacienda Pública o Economía del Estado. Veremos cómo la participación de las Administraciones Públicas pasará de un 10, 12% del PIB a representar más del 40% en términos generales; en países como Suecia se llegará a más del 60%. ¿Qué circunstancias son las que modificarán de forma sustancial la cultura económica de las sociedades del siglo XX? Tendríamos que recurrir a los filósofos cuando nos hablan de la psicología de las masas como Le Bon y Freud, o a la Rebelión de las masas de ortega y Gasset y a las masas como poder de Elías Caneti para entender dichos fenómenos.
La unificación de Alemania e Italia como estados, la guerra franco-prusiana y las dos Guerras Mundiales, junto con la crisis de 1929 y las medidas que se van a tomar para combatirla van a transformar el papel del Estado en la economía tanto nacional como internacional. Podemos entender como la llamada Globalización incidirá de forma significativa también en el traspaso de poderes de la sociedad civil a la sociedad política que se genera.
Todas estas circunstancias van a convertir a la Hacienda Pública en protagonista de un mundo que se expande como el universo y que hace difícil su control a una sociedad civil no preparada para afrontar los nuevos retos. Paro estos cambios son sólo el inicio de una crisis general de la propia sociedad occidental, no económicamente, que es solo la punta del Iceberg, sino en todo el esquema social desde la escala de valores hasta la modificación de unas instituciones que aparecen como poco eficaces para hacer frente al reto.
En el caso de nuestro país, que siempre los hechos nos han cogido con el pie cambiado, el desarrollo económico que desde los años 70 del siglo pasado nos habían proporcionado una perspectiva más optimista, hoy nos parecen encontrarnos en un mundo en proceso desestabilizador e inquietante. Hoy el Estado puede contemplarse como una especie de institución caduca en proceso de readaptación a un parto de algo que no sabemos como se desarrollará: no sabemos si tendremos mellizos, gemelos o ni lo uno ni lo otro. Sin embargo, debemos sentirnos protagonistas de una sociedad que se está gestando desde el año 1914 y que aun no sabemos como se adaptará a las circunstancias de un “mundo en evolución permanente” y de dimensiones hasta ahora desconocidas.
No pretendo con la charla abarcar más allá de lo inteligible, pero sí pretendo transmitir la inquietud como método de búsqueda de soluciones.
CV
Estudios y prácticas profesionales: Aparejador y Licenciado en Ciencias Económicas. Mi actividad ha sido totalmente práctica.
Como Aparejador he participado en empresas e instituciones Públicas para la construcción de viviendas, urbanizaciones, hospitales, museos, oficinas, oficinas bancarias y otro tipo de edificaciones. Esta actividad me relacionó durante más de 40 años con el área tecnológica, señalándome la necesidad de aplicar en paralelo las cuestiones técnicas con decisiones económicas, hasta el punto de conocer que no habría ningún tipo de tecnología si no se hacen los cálculos financieros, de costes, valoraciones y precios para llevar a buen fin cualquier proyecto, incluido el que se relacione con la investigación y la innovación.
La experiencia económica, independientemente del señalado arriba, he trabajado en la empresa CAMPSA en diversos departamentos, desde el de Administración, Informática, Presupuestos y Control de Gestión, y como Director de Desarrollo de Recursos Humanos. Participando con este cargo en la creación de Repsol. Una vez cumplido el Plan Estratégico que acababa con CAMPSA, pasé a trabajar en BANESTO como Director de Obras y Mantenimiento. Como consecuencia de la intervención de este Banco me dedique al trabajo por mi cuenta creando una Asesoría Económica, Financiera, Fiscal y Laboral, funcionando durante 25 años hasta mi jubilación.
Como he dicho otras veces, no considera la Historia (con mayúsculas) como determinista en ningún caso, lo cual lo ha aprendido de Karl R. Popper y en consecuencia no creo en el “materialismo histórico” de Marx ni en ningún autor que afirme que “la historia os juzgará”. La historia la hacemos cada uno de nosotros durante nuestra vida, como lo he comprobado en la práctica: es la iniciativa individual por progresar lo que hace que un país progrese; la historia tiene utilidad en cuanto sirve para que los humanos aprendamos de nuestros errores.