Como continuación de la sesión del mes pasado, en la que tratamos de la Deuda pública, o Deuda soberana, pretendo en esta sesión tratar la incidencia de la política durante el siglo XIX en la gestión financiera y las consecuencias que este hecho representó para la economía española, no solo en el propio siglo XIX sino en el futuro hasta nuestros días. España sufre unos hechos desconcertantes en aquel periodo que, desde la Guerra de Independencia, las guerras civiles y las independencias de los Virreinatos de América hasta llegar a la I República y la Restauración de la Monarquía, afectaron negativamente a la propia constitución de España como nación. Quiero dejar constancia que el área que trataré se refiere solo a la economía, pero es necesario recalcar que los hechos políticos tienen que considerarse con gran influencia en el desarrollo de la convivencia y en consecuencia con la propia realidad social de un país. En contra de lo que afirman los filósofos historicistas, la Historia (con mayúscula) no tiene ninguna ley científica que la conduzca, son las actuaciones personales de los protagonistas a lo largo de los tiempos los que determinan las causas y consecuencias sobre las naciones, los países y las instituciones. El siglo XIX estuvo lleno de protagonistas decisivos que convirtieron a nuestro país en un sinsentido económico y social, lo cual marcaría las consecuencias de los “desastres de las guerras”. No obstante, hubo personajes destacados que contrarrestaron temporalmente las desavenencias sociales entre franceses, americanos, liberales, republicanos y monárquicos tradicionalistas. Gracias a esos personajes, salvando las circunstancias, permitieron la continuidad de España como nación.