Paradojas de la globalización. Libre comercio vs proteccionismo

GLOBALIZACION O SOCIEDAD COSMOPOLITA

“Está la belleza y están los humillados. Sean cuales sean las dificultades que la empresa pueda presentar, jamás debería desear ser infiel ni a los segundos ni a la primera”

Albert Camus

Sirva este texto, citado por el sociólogo Zygmunt Bauman, para expresar el motivo y el interés que me ha llevado a realizar estas charlas. Creo que no hay frase más breve y clara que pueda expresar lo que por mi parte deseo transmitir. El mismo hecho de expresarlo en público cumple parte de la empresa, porque de esta forma puedo exteriorizar más palpablemente la reflexión que hago sobre una situación que se me está haciendo cada vez más dolorosa. Todos los días están generándose más y más ejércitos de humillados y cada día el mundo está caminando de forma acelerada a la fealdad más abrumadora al convertirnos en insensibles, ciegos, sordos y mudos ante el sufrimiento de tantos humillados. Quiero recalcar intencionadamente el desacuerdo con ciertas fórmulas que el mundo actual está adoptando, enemigas del más elemental concepto de belleza y humanidad.

La Globalización es un fenómeno diferente a los fenómenos experimentados hasta hoy en la llamada Edad Moderna y exige soluciones diferentes a las utilizadas en aquella época. Con frecuencia oímos que estamos en una edad Postmoderna, pero este calificativo no acaba de convencer a los sociólogos. No es tan importante el nombre que le demos, aunque esto esté por definirse y renombrarse, si no los hechos que nos hablan de las grandes dificultades con las que nos enfrentamos sin tener respuestas adecuadas tanto por parte de políticos, economistas, científicos, pensadores o analistas sociales. Hay que llevar a todos los sujetos a una reflexión y discusión permanentes, confrontado nuestros pensamientos con la realidad para poder obtener un punto de apoyo sobre el que construir nuevos ESTILOS de comportamiento ante el futuro que ya ha comenzado.

La realidad se presenta con unas formas cada vez más complejas e interrelacionadas. Son estas formas las que se nos escapan de las manos y cada vez nos sentimos más desprovistos de instrumentos útiles, ya que sólo disponemos de los tradicionales instrumentos de la cultura humanista e ilustrada. El fenómeno de la globalización no ha adquirido su verdadero nombre, está por definirse literalmente. Pero también está por definirse el alcance de este, si es un fenómeno exclusivamente económico o es social o cultural. Pienso que comprende todos esos aspectos; pero sobre todo creo que el enfoque que hay que dar al estudio que quiera entenderlo ha de ser como Sistema, es decir como conjunto de elementos que se relacionan con una estructura determinada. El mundo de los hombres aparece como un Sistema abierto en su relación por todos los costados, tanto geográficos como temporales.

Hay opiniones para todos los gustos en lo que se refiere a la llamada Globalización; unos piensan que no hay soluciones para la humanidad sin una globalización creciente; hay quienes piensan que esta globalización de la economía es la causa de todos los males más acuciantes; hay quienes distinguen entre una globalización económica que se está dando y una deseable globalización social que no está generándose en paralelo con la economía. Yo insistiré en la necesidad de utilizar los instrumentos técnicos de comunicación y transporte para llegar a una Sociedad Cosmopolita que permita la coexistencia de una diversidad cultural dentro de una “mundialización” inevitable.

La cultura aparecerá como una mal llamada “revolución” permanente, en contra del uso más extendido que entiende a la cultura como generadora de costumbres o rutinas sociales. A medida que el tiempo pasa resultan inevitables los cambios de los centros de interés y de los propósitos fundamentales. Los peligros que amenazan las posibilidades humanas cambian, como también cambian las deficiencias de la experiencia humana, tanto en la observación como en la practica. Por eso deberemos hacer efectivo el sentido práctico de la cultura y ponerla a trabajar, no a contemplarla en los museos.

El proceso de actuación entiendo que debe llevar el camino inverso del orden en el que expondré las charlas. Hay que insistir en propiciar una Cultura operativa o práctica que de lugar a una Sociedad integrada y diversificada, que actúe con suficiente fuerza sobre las estructuras sociales para conseguir una Economía que sirva favorablemente a la Globalidad de la población del universo. No es una propuesta innovadora porque, en contra de lo que se ha predicado en los últimos siglos XIX y XX, es la cultura la que ha dado origen a todos los estados posibles a lo largo de la Historia.

Lo más importante de estas charlas, que pretendo sirvan de reflexión abierta, es el de señalar un comienzo de estudios que sirvan para entender lo que ocurre a nuestro alrededor, pero sobre todo de qué forma influye en nuestras vidas y a qué nos compromete para seguir viviendo responsablemente.