Funeral por Rafael Pavón

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27 de agosto 2020 a las 20h30

Os comunicamos que el funeral por nuestro socio y amigo Rafael Pavón fallecido el pasado 24 de abril tendrá lugar el próximo jueves 27 de agosto a las 20.30 en la Parroquia de San Lorenzo.

Adjuntamos la última foto que tenemos suya en la entrega del reconocimiento a su trayectoria en el Ateneo.

Adjuntamos las palabras de Ricardo Ruíz de la Sierra de su amigo Rafael:

   En nombre del Ateneo, que voy a decir de un amigo que conozco desde que llegué al Escorial en 2007 y que se fiaba tanto de mí que le vendí un coche… con eso os digo casi todo. Me enteré de que se había fundado un ateneo por eso no me extraño encontrar unos intelectuales tan inquietos como Ana y Rafael pero lo que si me sorprendió es que fueran tan entrañables. Dos personas con una gran experiencia vital, muy leídas (sobre todo Ana) y viajadas (sobre todo Rafa), con una conversación interesante siempre y con un trato muy amigable. Si te descuidabas un poco ya estabas comiendo en su casa. Con Rafael, se congeniaba rápidamente. Personalmente le admiraba por muchas cosas, por su trayectoria profesional, contó en diversos foros muchas anécdotas de sus viajes por todo el mundo pero, sobre todo le admiraba por su excelente humor, siempre bromeando y con su risita ahogada de exfumador, eterno candidato al re-infarto… seguro que también sonríe en el cielo por haber dado esquinazo al coronavirus con todas las papeletas y quizá suscriba, muerto de la risa, lo que dice el filósofo Sabater “La muerte es lo que da el sabor especial a la vida”.

Cuando le invadía la melancolía en los hoteles alejado de su familia también escribía. Él decía que era mal poeta pero lo cierto es que nos leyó poemas muy tiernos en la tertulia literaria y, como a mí, no le gustaba la poesía que no se entiende. Me asombraban también sus ganas de seguir informándose y comunicar sus opiniones sobre temas de actualidad en las redes sociales aunque ahora que su saber es completo dejará de dar la murga con la conjura Judeo-masónica a otras almas cándidas del cielo como Jesus Timón y otros ateneístas que seguro que ya nos están preparando el ateneo celestial. Rafael tenía una jovialidad envidiable, un desenfado inteligente y una terquedad sin ambages cuando porfiaba al final de las conferencias. Os doy la enhorabuena a toda la familia por haberle tenido tan cerca. Todos tenemos que dar las gracias a Dios ¡y a Ana! por haber sobrevivido tantos años con un corazón tan delicado y tan hermoso…